El viernes de carnaval, la fiesta explotaba tras el desfile de los colegios
con la llegada de Lintx y Katamaloak.
Pero este año en lugar de los disfraces y gritos de los ciudadanos,
otro “mozorro” ha asustado a Lintx y Katamaloak.
En los Carnavales de Legazpi, el disfraz, la música y la danza, principales ingredientes del carnaval urbano, tiene una presencia destacada en los diferentes desfiles que se organizan,
pero, el carnaval tradicional del País Vasco también tiene presencia,
el domingo de carnaval, con la expresión de una fiesta del Carnaval tradicional vasco,
que suele ir cambiando cada año.
Con el objetivo de reforzar esa unión, se crearon Lintx y Katamaloak.
El Carnaval es una fiesta de disfraces que se celebra especialmente en Europa y en las ciudades y pueblos de América a finales del invierno, con desfiles o simplemente en ambiente festivo, cantando, bailando y haciendo ruido.
Es característica especial del Carnaval, el ambiente de humor, parodia y sátira,
que vulnera e invierte el orden social.
Tienen una estrecha relación con el inicio de la primavera y,
el tono cristiano de estas fiestas se debe a una evolución posterior.
En los carnavales se ahuyentaban seres mitológicos malignos y había permiso para hacer mucho ruido.
Además del disfraz, la música y el baile, en los carnavales tradicionales había un marco de acción más amplio: bromas, ruido, romper ollas, echarse agua, harina y otras cosas, tocar con globos y palos, banquetes después de hacer peticiones a domicilio , burlas, insultos, revelar y propagar secretos y rumores, etc.
Este año a falta de desfiles de disfraces, bailes y canciones,
retomemos y reforcemos el espíritu de los carnavales tradicionales.
En esta época de crisis, para que la vida continúe,
hagamos vivir el rito del pueblo,
¡Porque nosotros somos el Carnaval!