El pleno de la corporación municipal del Ayuntamiento de Legazpi:

1. Reconoce públicamente el valor y la aflicción de aquellos que tuvieron que sufrir directamente las consecuencias lamentables, económicas y de cualquier índole por defender sus ideas democráticas.

2. Solicita que se recupere la memoria histórica reconociendo las injusticias y sacrificios sufridos, y no queden en el olvido.

3. Acuerda realizar un acto conmemorativo para recordar y homenajear a estas personas que en su día destacaron y por ello sufrieron durante la guerra y los primeros años del franquismo en defensa de la libertad y la democracia.

Con motivo de la primera corporación municipal elegida democráticamente hace 80 años, en 1933, durante el periodo de la Segunda República Española, este Ayuntamiento quiere hacer un sentido homenaje a las dos corporaciones, una elegida de forma popular y aceptada por el pueblo en 1931 y la segunda en las urnas en 1933.

Este reconocimiento institucional se hace extensible a los diversos líderes políticos, y responsables (asociaciones políticas, sindicales y sociales) que estuvieron apoyando a las respectivas corporaciones.

Creacion de la primera corporacion:

• No se celebraron elecciones municipales, puesto que acogiéndose al artículo 29 de la Ley Electoral de 1907 la única lista de candidatos presentada el 5 de abril de 1931 fue proclamada automáticamente la nueva corporación municipal.

• Se formó por un acuerdo entre diferentes partidos. La lista de candidatos estaba compuesta por: Daniel Aranguren Mendizabal (alcalde nacionalista) y los concejales Cayetano Elorza Agirre, Avelino Ciaran Apaolaza, Domingo Iñurritegi Inza, Justo Urzelai Zabaleta, Jose Maria Agirrezabal Etxeberria, Valentin Agirrezabal Guridi, Jose Aztiria Inza y Anselmo Zabaleta Guridi.

• La toma de posesión fue el dia 17 de abril de 1931.

• Tras 21 meses al frente del consistorio esta corporación se vio obligada a dimitir por orden de un decreto de 1932, decreto por el cual Legazpi debía ser regido por una comisión gestora.

Creacion de la comision gestora:

• En enero de 1933, al frente de la cual estuvo Maria Iciar Arana Iraola, primera alcaldesa en funciones que ha gobernado este Ayuntamiento hasta nuestros días.

• Legazpi eligió a sus representantes por primera vez en las urnas el 23 de abril de 1933.

• La toma de posesión tuvo lugar el 10 de mayo.La formaban: Ubaldo Segura Makibar, alcalde nacionalista, Eugenio Elorza Guridi, concejal y posterior alcalde tras el cese de Ubaldo Segura Makibar, y los concejales Juan Mantxola Agirre, Julian Ojanguren Etxeberria, Jose Aztiria Inza, Jose Mari Agirrezabal Etxeberria, Isidro Olabide Zangitu, Anselmo Zabaleta Urzelai y Domingo Iñurritegi Inza.

Junto con estas dos corporaciones queremos destacar el trabajo de responsables políticos que apoyaron la tarea de ambas corporaciones e igualmente sufrieron las consecuencias y persecuciones, entre los que destacamos: Catalina Segura Makibar, Eugenia Segura Makibar, Justo Andueza Ugarte, Leandro Makibar Guerra, Juan Maria Mugica Elkoroiribe, Juan Iturbe Apaolaza, Bonifacio Landa Guridi, Felix Makibar Arrillaga, Estanislao Gisasola Artamendi, Sebastian Alustiza Agirre, Nicolas Alustiza Agirre, Fausto Alustiza Agirre, Pablo Lopez de Gereñu Elorza, Aurelio Garate Albizu, Elias Mendinueta Flores, Eduardo Mendinueta Flores, Antonio Mendinueta Flores, Hipolito Sarasola Odria, Carlos Amilibia Martinez de Osaba, Antonio Julian Elorza Mugica, Juan Manuel Ibarguren Pagola, Julian Agirre Gaston, Bernardo Legorburu Iñurritegi, Jesus Madina Alonso, Juan Jose Zabaleta Idigoras, Isidro Zangitu Arzuaga, Facundo Urzelai Elorza, Luis Biteri Larrea, Segundo Viteri Larrea, Encarna Mendia Zufiria, Segundo Azurmendi Arrondo, Jose Arzuaga Etxezarreta, Jose Antonio Aztiri Mendizabal, Tomas Telleria Zabaleta , Maria Etxeberria Murguiondo y Blas Romaratezabala Gaztañaga.

Seguramente se nos habrá quedado alguno en el camino, por lo que pedimos disculpas. Vaya también por todos ellos este sentido homenaje.

No fueron tiempos fáciles, la guerra de 1936 y la posterior dictadura militar hizo que muchas de estas personas y sus familiares que hoy homenajeamos sufrieran el exilio, multas, ceses en sus funciones, persecución, prisión, perdidas de trabajo, expropiaciones, ruina de sus negocios y empresas, e incluso la muerte.

Estas personas lucharon por una sociedad más justa e igualitaria tras la guerra, y otros por un proceso soberanista vasco. Con la guerra, esa generación fue cortada y olvidada.