Se trata de cubrir el parque infantil de detrás de la haurreskola de Laubide, con la intención de que se pueda seguir utilizando incluso con mal tiempo.
En este proyecto, se ha querido incidir en tres aspectos fundamentales.:
Dado que los usuarios finales serán los niños, se ha establecido que la propuesta debe ser saludable a todos los niveles: físicamente saludable, emocionalmente saludable y, por qué no, espiritualmente saludable.
La propuesta debe de ser bella. Se han evitado el uso de materiales, formas, etc que puedan dañar a los usuarios del parque (sobre todo niños). La cubierta, que de alguna manera organiza el espacio cubierto del parque infantil y la propia plaza, se ha diseñado siguiendo criterios de bioconstrucción y bioclimáticos.
Aunque en este caso parece que no es tan importante, se ha incidido en que el espacio resultante y sus instalaciones también sea energéticamente eficientes. En este caso se ha trabajado con la luz natural y la artificial.
Se ha intentado minimizar el impacto o huella ecológica de la intervención. En la medida de lo posible se proponen el uso de materiales y recursos locales. En este sentido cabe destacar que en los foros de participación ciudadana se descartó una propuesta de cubrición realizada con madera aserrada local. La necesidad de que el espacio fuera diáfano y abierto nos ha llevado a la utilización de una estructura metálica principal (por otro lado con mucho arraigo en Legazpia). Se ha intentado que todos los demás materiales a utilizar sean de un impacto lo más reducido posible.
Apoyándonos en estos tres criterios se ha querido presentar una propuesta seria. En tanto en cuanto el promotor es la propia administración la propuesta debiera ser ejemplar. Se trata de una intervención especial y esta debiera ser pedagógica en todos sus aspectos.