¿Cuál es la fruta elegida para el mes de diciembre? El kiwi
El kiwi es una baya de forma ovoidal de la planta llamada Actinidia, que pertenece a la especie Actinidia Chinensis. Es una planta trepadora, cuyas ramas pueden alargarse hasta 3 metros por año que tienden a enrollarse en los soportes tal y como lo hace la vid emparrada. Consta de unas hojas acorazonadas cuyo envés está cubierto de pelusa y las flores son grandes de color blanco crema.
El kiwi puede alcanzar entre 4 a 7,5cm de longitud por 3,5 a 5cm de anchura y el peso varía de 30-150g en función de la variedad, las condiciones climáticas y del sistema de cultivo. Su pulpa puede ser de color verde de distinta tonalidad según la variedad, tierna, jugosa y de sabor agridulce. Presenta numerosas y pequeñas semillas negras, que son comestibles. El color de la pulpa y el sabor delicado de la misma que recuerda en parte a la uva, a la fresa y a la piña, lo hacen muy agradable.
Procede de China y fue introducida en Nueva Zelanda a comienzos del siglo XX. Su nombre original fue un nombre chino: yang tao y cuando llegó a Nueva Zelanda se denominó como la grosella china (Chinese gooseberry) por su sabor y color. Fue hacia 1960 cuando la fruta comenzó a llamarse kiwi en homenaje al kiwi, símbolo nacional de Nueva Zelanda. La fruta y el pájaro tienen en común que son pequeños, marrones y peludos.
El kiwi es un tesoro nutricional. Contiene vitaminas E, C, B3, B6, B2, B1 y K. También es fuente de minerales como potasio, yodo, calcio, fósforo, hierro y sodio, así como de fibra.
Es una de las frutas con mayor concentración en Vitamina C (más que la naranja) y contiene un compuesto fitoquímico que reduce el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas, degeneración macular y cataratas.
Además, contiene mucha fibra soluble e insoluble por lo que es adecuada para controlar el nivel de glucosa en la sangre, ya que la fibra se hincha y espesa en el intestino.
Contiene una cantidad de potasio similar a lo plátanos y es una fuente de folato que es fundamental durante el embarazo y la lactancia,
Contiene una enzima llamada actinidina que degrada las proteínas, razón por la cual, se puede emplear para ablandar la carne antes de cocinarla y así reducir el tiempo de cocción, frotando ésta con la pulpa del fruto.
Además, la actinidina evita la coagulación de la gelatina y, asimismo, es la responsable de que los productos lácteos, si se consumen mezclados con kiwi, presenten un sabor amargo. También se puede cocinar el kiwi, rehogado con mantequilla, a modo de salsa agridulce, como guarnición para platos de carne. Se pueden elaborar mermeladas, sorbetes, granizados, productos de repostería e incluso licores con o sin alcohol.
A pesar de ser una fruta exótica, su plantación se ha extendido por el bioclima, que garantiza la humedad necesaria para que crezcan. Es una fruta muy resistente, aunque hay que preservarlo de las heladas
En el siguiente enlace puede accederse a un cartel informativo de ELIKA-Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria y una receta de tartar de kiwi y mango.